En tu corazón ha nacido el Salvador
Lo
esperaban en el mejor de los palacios
o en el recinto del Templo,
pero
vino a nacer en un pesebre.
Lo
esperaban poderoso y fuerte,
guerrero,
con la espada en alto,
pero
vino débil y pobre.
Lo
esperaban agitador de masas,
revolucionario
y juez,
pero
vino silencioso y misericordioso.
Sí,
vino a los suyos
pero
no lo reconocieron,
esperaban
de Él otra cosa
y
todos quedaron desconcertados.
Amor
de todo amor
que te
encarnaste en Niño Dios,
en
cuna de pesebre entre
blancos
pañales de resurrección.
Era
de noche, una oscura noche,
cuando
el cielo se abrió
y
bajaron los ángeles
para
cantar «¡Gloria a Dios!»
Pobres
pastores,
cuya
luz les deslumbró,
guardaban
su rebaño
y
esperaban a su Dios.
Ya
viene el Mesías,
ya
viene el Salvador,
ya
viene y si quieres a alojarse en tu corazón.
En
lo más recóndito de tu ser,
donde
todavía no ha bajado Dios,
allí
donde el amor está ausente
allí
quiere nacer tu Señor.
Prepara
tu casa,
prepara
tu hogar
porque
habrá Navidad
si
abres tu corazón.
Allí
está Él, pobre, rechazado,
sin
techo, sin nada,
esperando
tu amor.
Allí
está Él, excluido, marginado,
sin
calor, en soledad,
esperando
que le ofrezcas tu amor.
Allí
está, irreconocible,
pobre
de esta tierra,
sin
dinero, tan sólo tiene a Dios,
quizás
no lo sepa
porque
espera tu amor.
Sí,
hay Navidad,
para
quien abre la puerta del corazón
a Dios
y al hermano que sufre
hasta
que brille la estrella
que es
Buena Noticia,
paz,
esperanza, ilusión.
Sí,
hay Navidad
si
caes en adoración,
como
hicieron los pastores,
y los
magos de oriente,
para
ofrecer sus bienes,
y tú,
tu miseria y perdón.
Sí,
hay Navidad
donde
dejas que nazca Dios,
porque
te hizo libre
y
esclavo del amor,
si
quieres paz en la tierra
y en
el cielo la Gloria de Dios.
¡Feliz
Navidad
2011!
Lázaro
Albar.
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