ORACIÓN
Señor,
enséñame a no hablar como un bronce
que retumba o
una campanilla aguda, sino con
amor.
Hazme capaz
de comprender y dame la fe que
mueve
montañas, pero con el amor.
Enséñame
aquel amor que es siempre paciente
y siempre
gentil: nunca celoso, presumido, egoísta
y
quisquilloso.
El amor que
encuentra alegría en la verdad,
siempre
dispuesto a perdonar, a creer, a esperar,
a soportar.
En fin,
cuando todas las cosas finitas se disuelvan
y todo sea
claro, haz que yo haya sido el débil
pero
constante reflejo de tu amor perfecto.
(Madre
Teresa de Calcuta, Orar,
p. 101)
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