ORACIÓN:
MI MEJOR TESORO
Yo
no te pido, Dios nuestro,
Dios
mío, riquezas,
ni
la seguridad del dinero, un fantasma,
pues
sólo tú eres mi tesoro más buscado y
encontrado;
mi
verdadera seguridad.
Yo
no te pido
fáciles
asideros para mi vida,
pues
sé que tú eres la vida plena,
y
estoy cada segundo y milésima de segundo,
siempre
en tus manos.
Yo
no te pido, Señor,
ni
gloria, ni fama,
pues
qué más gloria quiero
que
ser y vivirme como hijo tuyo,
hermano
entre hermanos,
a
veces torpemente.
Tampoco
te pido grandes saberes,
sino
el estar abierto
y
ser escuchador de la vida cotidiana,
con
la honda sabiduría, de la universidad de la calle
y
el evangelio de los pobres;
sólo
unas letras para estar al día
y
tener el oído del corazón a ti pegado.
Sólo
te pido, Dios nuestro,
un
corazón sencillo fiel a tu palabra
y
amigo de tu amistad.
Sólo
te pido, vivir como compañero de mi pueblo,
nuestro
pueblo.
Atento
a discernir el bien del mal,
la
justicia de la opresión,
la
luz de los enredos de la tiniebla,
la
paz de la retorcida violencia,
el
amor de los falsos quereles.
Sólo
te pido, Dios nuestro,
que
no se enfríe mi amor,
que
los más débiles me encuentren próximo,
y
que tú siempre seas mi mejor tesoro.
(José
Mª Avendaño,
Huellas de Dios en las afueras de la ciudad,
p 129s)
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