DIJISTE “SÍ”
Dijiste
“sí”
y se detuvo
el tiempo,
y tu seno de
virgen
se estremeció
gozoso
con la
presencia ardiente
del Verbo de
la Vida.
Dijiste
“sí”
y tu vientre
sellado
fue cuna y
fue alimento,
fue canción,
fue ternura,
fue sagrario
y fue templo,
fue patena y
altar.
Dijiste
“sí”
y Dios se
hizo silencio,
se hizo carne
incorrupta
en pañales
de sangre,
prolongación
inmensa
de tu amor
maternal.
Dijiste
“sí”
y Dios te
hizo mujer,
te hizo madre
y esposa,
compañera y
amiga,
redentora del
hombre,
flor suprema
del mundo.
(Ángel
González-Alorda Ayala)
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