lunes, 25 de mayo de 2015

Oración Semanal (Solemnidad de la Santísima Trinidad Ciclo B)


ORACIÓN 


Señor Jesús, hermano de los pobres,

frente al turbio resplandor de los poderosos

te hiciste impotencia.

Desde las alturas estelares la divinidad

bajaste al hombre hasta tocar el fondo.

Siendo riqueza, te hiciste pobreza.

Siendo el eje del mundo

te hiciste periferia, marginación, cautividad.

Dejaste a un lado a los ricos y satisfechos

y tomaste la antorcha

de los oprimidos y olvidados,

y apostaste por ellos.

Llevando en alto la bandera de la misericordia

caminaste por las cumbres y quebradas

detrás de las ovejas heridas.

Dijiste que los ricos ya tenían su dios

y que sólo los pobres ofrecen espacios

libres al asombro;

para ellos será el sol y el reino,

el trigal y la cosecha.

¡Bienaventurados!


Es hora de alzar las tiendas y ponernos en camino

para detener la desdicha y el sollozo,

el llanto y las lágrimas,

para romper el metal de las cadenas

y sostener la dignidad combatiente,

que viene llegando, implacable, el amanecer

de la liberación

en que las espadas serán enterradas

en la tierra germinadora.


Son muchos los pobres, Señor; son legión.

Su clamor es sordo, creciente, impetuoso

y, en ocasiones, amenazante

como una tempestad que se acerca.

Danos, Señor Jesús, tu corazón sensible y 

arriesgado;

líbranos de la indiferencia y la pasividad;

haznos capaces de comprometernos

y de apostar, también nosotros, por los pobres y 

abandonados.


Es hora de recoger los estandartes

de la justicia y de la paz

y meternos hasta el fondo de las muchedumbres

entre tensiones y conflictos,

y desafiar al materialismo con soluciones alternativas.

Danos, oh Rey de los pobres

la sabiduría para tejer una única guirnalda

con esas dos rojas flores: contemplación y combate.

Y danos la corona de la Bienaventuranza. Amén.



(IGNACIO LARRAÑAGA, Encuentro, p 76-78)



domingo, 17 de mayo de 2015

Oración Semanal (Solemnidad de Pentecostés)


 PADRE NUESTRO EN EL ESPÍRITU

Padre nuestro que estás en el cielo
con tu Hijo y con el Espíritu:

envía tu Espíritu Santo que nos enseñe
a santificar tu nombre,
a reconocer tu santidad.

Haz que actúe la energía de tu Espíritu
para que vaya llegando tu reinado paternal.

Danos un espíritu generoso,
la fuerza del Espíritu que nos capacite
para cumplir tu voluntad
en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día
y del mañana: tu pan consagrado,
porque es el Espíritu el que da vida.

Envía tu espíritu del perdón
que perdone nuestras ofensas
como nosotros, inspirados por Él,
perdonamos a los que nos ofenden.

En la prueba, en nuestro desierto,
confórtanos con tu Espíritu
para que no sucumbamos.

Que tu Espíritu poderoso
se enfrente y venza en mí
al espíritu del mal.


(Luis Alonso Schoekel)




miércoles, 13 de mayo de 2015

Oración Semanal ( 7º D. de Pascua. Ciclo B)



ORACIÓN DE FRATERNIDAD


Señor Jesucristo,

columna de unidad

y rey de la fraternidad.

Envíanos cada mañana

una ráfaga de tu espíritu.

Derriba los muros de separación

levantados por el egoísmo,

el orgullo y la vanidad.

Aleja de nuestra casa

las envidias que siembran discordias.

Líbranos de las inhibiciones.

Sosiega los impulsos

y cólmanos de serenidad.

Haz surgir en nuestras intimidades

corrientes sensibles y cálidas

para que nos perdonemos

y nos comprendamos,

nos estimulemos y nos celebremos

como hijos de una misma madre.

Retira de nuestro camino

las rivalidades y aversiones;

rompe los bloqueos

para que seamos unos con otros

abiertos y leales,

sinceros y veraces.

Crezca la confianza

como árbol frondoso

a cuya sombra todos nos sintamos felices.

Y así seremos ante el mundo

el argumento sensible y profético

de que tú, oh Jesús,

estás vivo entre nosotros. Amén.



(Ignacio Larrañaga, Transfiguración, p 127)





lunes, 4 de mayo de 2015

Oración Semanal ( 6º D. de Pascua. Ciclo B )


 LO QUE VOS QUERÁIS, SEÑOR


Lo que vos queráis, Señor,

sea lo que vos queráis.

Si queréis que, entre las rosas,

ría,

hacia los matinales resplandores de la aurora:

sea lo que vos queráis.



Si queréis, que entre los cardos,

sangre,

hacia las insondables sombras de la noche eterna:

sea lo que vos queráis.



Gracias si queréis que mire:

gracias si queréis cegarme,

gracias por todo y por nada.

Lo que vos queráis, Señor,

sea lo que vos queráis.


(Juan Ramón Jiménez)