sábado, 8 de noviembre de 2014

De madrugada con el Señor

Hace apenas un mes que en nuestra Parroquia comenzamos la iniciativa de hacer de los viernes un día de Adoración del Santísimo. Comenzamos así la mañana con la Eucaristía a las 9.30 horas y después el Santísimo queda expuesto todo el día hasta que a la caída de la tarde, a las 7, tenemos nuestra oración comunitaria y posteriormente la Bendición del Santísimo, cerrando así el día. Aparte de los turnos fijados, son muchas las personas que a lo largo del día hacen un alto en su rutina para hacerle una visita al que es el centro de nuestra vida. Luego se retorna a la actividad diaria con energías renovadas.  
A pesar del poco tiempo que venimos haciéndolo, la verdad es que esta actividad está calando profundamente en muchos de nosotros, que pasamos ya la semana anticipando la llegada del viernes para estar este rato junto a Jesús Sacramentado, y es que el tiempo que pasamos frente al sagrario verdaderamente transforma nuestra vida...
Este viernes hemos sido un poco más ambiciosos -lo que nunca es malo tratándose de las cosas de Dios- y hemos decidido velar el Santísimo también la noche del viernes. 

Y para mí ha sido una bonita experiencia que quiero compartir con vosotros. Quise aportar mi colaboración y me reservé la hora de 3 a 4 de la madrugada. Luego supe que mi amigo Pepe Córdoba estaría de 2 a 3 y adelanté mi visita para coincidir un tiempo con él. Pasamos un rato cantándole al Señor esos cantos tan bonitos que él conoce y que nos salían del corazón. Lo alternábamos con peticiones y acción de gracias compartidas; era como una tertulia entre tres amigos del alma. Y es que en la madrugada todo es más íntimo. En el silencio de la noche se escuchan otras voces que pasan desapercibidas durante el día. 
Luego tras la marcha de Pepe, me quedé solo. Un rato para abrirle mi corazón  a Jesús. Recordé cómo en la formación del miércoles, santa Teresa nos hablaba de la importancia de profundizar en el conocimiento de nosotros mismos, cuanto más nos conocemos más capaces somos de captar la belleza de nuestra alma que está hecha a imagen y semejanza de Dios. Qué gran ocasión para pedir a Jesús con humildad que elimine todas aquellas cosas de mi vida que no son de su agrado, para que mi alma sea cada vez más transparente y pueda relucir en ella la imagen del Dios trinitario que en todos nosotros habita.  
El tiempo pasó volando. Pasadas las 4 de la mañana decidí retirarme a descansar y dejar que otras personas tomasen el relevo para disfrutar del privilegio que yo acababa de tener: gozar de la compañía íntima de Jesús "en exclusiva" durante una hora. 

1 comentario:

  1. El 8/11/14, fue la.primera vez que me puse delante del santísimo A solas con el y pude experimentar una sensación de tranquilidad y paz.
    El tiempo cuando estámos rodeados de la gente que nos quiere y lo pasamos bien, pasa muy rápido.
    Yo cuando estoy sentado ante el santísimo el tiempo vuela, deseando que no pase tan rápido.
    Hoy 15/11/14, el tiempo que e estado con el santísimo me e sentido arropado en sus brazos. Algo que no se puede describir, dicha sensacion

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