Excursión a Sanlúcar de Barrameda

En esa búsqueda de construir una comunidad cada vez más fraterna salimos a las 8 h. de la mañana de ayer sábado, 5 de noviembre, un grupo de nuestra comunidad de 38 personas en autobús hacia Sanlúcar de Barrameda. Con una oración emprendíamos el camino. Hicimos una parada en Los Corzos para desayunar el mollete o la tostada que parecía más bien una alpargata con los correspondientes cafés o descafeinados, el aceite o la manteca colorada con su zurrapa. Desayuno magnífico para coger fuerzas para todo el día.

A las 10.30 h. nos esperaba Mari Carmen Corrales, una amiga de la Fraternidad Velad y Orad, frente al hotel Guadalquivir, para acompañarnos a la Bodegas La Cigarrera, que es la más antigua de todo Sanlúcar, cuyos orígenes se remontan a 1758, año en que D. José Colón Darbo inició la compra de varios inmuebles, ubicados entre el Callejón del Truco y la Plaza de Madre de Dios, a los Conventos de Mercedarios Descalzos, de religiosas de Madre de Dios y de Santo Domingo de Guzmán donde quedaría fundado un negocio de vinos. En dicha Bodega nos esperaba una guía que nos explicó muy bien el proceso de elaboración de la manzanilla. La Cigarrera es una bodega de crianza y expedición donde las normas tradicionales empleadas durante el proceso de crianza son aplicadas de una forma estricta. Después de la explicación fuimos a degustar los vinos: manzanilla, moscatel y Pedro Ximénez. Compramos vino moscatel en la tienda para consagrarlo en las eucaristías.

De allí dimos una vuelta por el pueblo visitando el casco antiguo: mercado, ayuntamiento, Iglesia de la Trinidad, Iglesia de los Desamparados. Y terminamos en una Plaza donde desemboca la Calzada en la que disfrutamos de las tortillitas de camarones.

Luego atravesamos toda la Calzada hasta llegar al Paseo Marítimo. Pudimos contemplar la playa y sobre el azul del cielo los kite-surfing que resplandecían de diversos colores llevados por el fuerte viento.

A las 2.30 h. nos esperaban en el Mesón El Algarrobo para almorzar, en calle Siete Revueltas, 10 y calle Fariñas. Un lugar acogedor, lleno de historia y curiosidades. Cerveza, manzanilla y refrescos acompañaban al salpicón de marisco, secreto ibérico con patatas fritas y pescado frito variado, de postre un surtido de dulces caseros y el café. La sorpresa vino cuando el dueño del restaurante preguntó quién era el encargado del grupo. Me presenté como el cura y me vistieron de bandolero. Fue una experiencia nueva pues nunca me había sentido bandolero con trabuco.

Terminada la comida nos acercamos al Monasterio de las Clarisas, donde reside la hermana de Mari Carmen Corrales que es monja de clausura. Nos enseñó la Iglesia y quedamos sorprendidos por el retablo y sobre todo la centralidad del Santísimo expuesto. Estuvimos orando, adorando y rezando. Luego en lo escalones del presbiterio nos hicimos la foto de grupo. Yo pensaba que los rayos de sol de la Custodia nos cubrían a todos de paz, alegría y amor.

La visita acabó en el Hotel Guadalquivir, pues en el piso 11, llamado el Camarote, allí pudimos divisar unas vistas aéreas de todo Sanlúcar, y el regalo final fue una puesta de sol maravillosa. Con una oración de acción de gracias y de petición para un buen regreso, llegamos a Campamento a las 8.30 h., ya de noche. ¡Demos gracias a Dios por lo que nos hemos reído y por lo que hemos disfrutado del lugar y sobre todo de nuestra amistad!

Lázaro Albar