jueves, 3 de noviembre de 2011

Tercera sesión de Formación

"Permaneced en el amor fraterno. No os olvidéis de la hospitalidad; gracias a ella hospedaron algunos, sin saberlo, a ángeles." (Rom 14,1)
Siguiendo con nuestro profundo deseo de mejorar las relaciones en nuestra comunidad, este miércoles hemos comenzado a estudiar algunas de las características propias de una auténtica Comunidad.   Dos, son las pro-piedades que nos han ocupado hoy: su carácter abierto, y su espíritu de acogida. (Bajar documento)
Carácter abierto
  • Una Comunidad Cristiana debe ser un lugar abierto, que no excluya a nadie, cimentada sobre el amor y la fuerza que supone la presencia del Espíritu y el tener a Jesús como centro de la misma. 
  • No cabe pensar en una comunidad cristiana cerrada a los demás y construida sobre el miedo que nos produce la idea de perder nuestra identidad por la incorporación de nuevas personas que tal vez no se ajusten a nuestro modo de pensar. "No vine a llamar a justos, sino a pecadores para que se arrepientan." (Lc 5,32)
  • La diversidad que aporta cada miembro de la comunidad debe interpretarse como oportunidad de enriquecimiento para la comunidad, y nunca como una amenaza.
  • La actitud de cerrarnos suele conllevar un juicio y una condena anticipada de las personas  a quienes nos negamos a abrirnos. "Al que escucha mis palabras y no las cumple yo no lo juzgo; pues no he venido a juzgar al mundo, sino a salvarlo." (Jn 12,47)
  • Es nuestra responsabilidad identificar qué miedos o actitudes nuestras nos están impidiendo abrirnos a los demás, aunque eso signifique a menudo cuestionar nuestras ideas, creencias o comportamientos.  

Espíritu de acogida
  • Acoger significa aceptar a esa persona. La acogida en su más pura esencia es una expresión de amor incondicional... y eso es tan difícil. A menudo caemos en la trampa de pasar factura por nuestra acogida, condicionar el amor que le damos a una persona a que nos responda de una determinada forma que sea de nuestro agrado. Siendo así que en realidad nos resulta más cómodo excluir que incluir y aceptar.
  • Nuestro trabajo está en aceptar a esa persona (no en convertirla a lo que nos gustaría a nosotros). Por otra parte, el trabajo de la otra persona tal vez sea pulir ese aspecto de su carácter o comportamiento que cae mal. Se trata de que exista un equilibrio en el que todos ganemos y superemos nuestras limitaciones.
  • La dificultad para acoger a los demás suele ser un reflejo de la falta de acogida y aceptación que nos tenemos a nosotros mismos.
  • La acogida por sí misma puede sanar, como demuestra Jesús en este pasaje con Zaqueo, el recaudador de impuestos. Zaqueo acoge a Jesús en su casa, pero en realidad es Jesús quien acoge y acepta al pecador y este sentirse aceptado tal como es, le dignifica y es suficiente para que Zaqueo sane y se convierta. "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues también él es hijo de Abrahán." (Lc 19,1-10)
  • ¿Qué podemos hacer desde este mismo momento? Tomar conciencia de la importancia de los gestos amorosos y la delicadeza en el trato. "Nuestros buenos gestos son nuestra mejor respuesta frente a este mundo que no entendemos o no nos gusta", decía J.Antonio Pagola hace poco en una charla en Cádiz. "Quien dé a beber un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños por su condición de discípulo, os aseguro que no quedará sin recompensa." (Mt 10,42)
Para terminar los "deberes para la semana." Proponemos las siguientes preguntas para reflexionar, preguntas que sin duda nos van a ayudar a hacer el vacío dentro de nosotros para abrirnos a nuevos hábitos que mejoren nuestra comunicación con los demás:
  • ¿Cómo de abierto soy cuando me comunico con otras personas? ¿Acepto otros puntos de vistas o tiendo a juzgar inmediatamente a los demás?
  • ¿Qué significa para mí el espíritu de acogida? ¿Con qué gestos lo suelo expresar?
  • ¿Cuándo fue la última vez que he tenido con alguien o he experimentado en mí un gesto de acogida? ¿Cómo me sentí? ¿Tuvo repercusión ese gesto de acogida en la posterior relación con esa persona?
  • ¿De qué prejuicios o ideas tengo yo que desprenderme para poder aceptar y acoger a otras personas con más tolerancia y amor?
  • ¿Qué es para mí comunicarme -hablar y escuchar- desde el corazón? ¿Puedo aspirar a comunicarme siempre así?
El próximo miércoles dedicaremos la sesión al tema de la "Escucha real", incluyo ejercicios prácticos que nos ayudarán a analizar cómo escuchamos a los demás y cómo podemos mejorar nuestra escucha. Hasta entonces. Feliz semana.

1 comentario:

  1. Gracias Luis por tu claridad en la exposición de las ideas y los ejemplos. Es un lujo poder compartir esta experiencia con nuestros hermanos en la fe. Pidamos al Espíritu que nos mantenga unidos en torno a la figura de Jesús y que crezcamos en fraternidad y amor.

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